En esta exposición colectiva participan veintiuna mujeres artistas mexicalenses, bailarinas, escritoras, músicas, pintoras, artistas plásticas, promotoras culturales y/o académicas que se reúnen con el objetivo de contribuir a la erradicación de la violencia: Aída Corral… Ammieli Madueña… Yesenia Guerrero Sajuan…Fabiola Maltos… Noemi Magallanes Coronel…Angélica Medina García…Liliana Cueto Miranda…Sofía García Walther…Zulma Rodríguez…Cristina Flores…Rosana Jiménez…Patricia De La Mora…Ericka Guerrero y Asali…Katia Ruiz…Elizabeth Osuna…Graciela Ledezma…Rosa Medina…Cinthya Magdalena Torres…Gabriela Badilla Kanagui… Aril Marcela García…Basilia Madrid Navarro.

Estas veintiuna mujeres cachanillas, intervienen artísticamente en un lienzo en blanco, un pequeño vestido de manta, como un icono de lo femenino, como aquello que “usamos” que “cargamos” las mujeres durante toda una vida… ya que al ir creciendo somos víctimas de estas violencias cotidianas en las familias, en las escuelas, en las iglesias, en las calles, en los trabajos, en los mercados, en las fiestas, en las fábricas, en las oficinas. Las intervenciones de cada una de ellas arrojó trabajos geniales, con enormes dosis de creatividad, honestidad y fortaleza, algunas de las artistas narran sus propias historias, otras las enumeran, unas más intervienen en rudo, dejándonos con los sentimientos a flor de piel, con la soledad, con los miedos, las repugnancias, el rechazo, el desasosiego y otras… otras inexplicablemente, nos dejan con sosiego, nos muestran lo positivo, la resiliencia y fortaleza con que las mujeres han sabido lidiar y salir de estos ciclos de violencias cotidianas.

Sabemos que el primer paso para erradicar la violencia hacia las mujeres es reconocerla, visibilizarla, mostrarla, de ahí que cada una de estas artistas mexicalenses contribuyó con su arte, para enviar un claro y contundente mensaje: la violencia hacia las mujeres no es natural y sin embargo es uno de los más graves problemas en la actualidad, tenemos que en Baja California 7 de cada 10 mujeres manifiestan algún episodio de violencia extrema en su vida y esta violencia muchas veces es invisible o esta “normalizada” y ¡esto tiene que cambiar!

En 2022 invitamos a reflexionar a los hombres sobre la verdadera masculinidad y a las mujeres sobre el verdadero empoderameinto desde lo personal y a ambos a que se asuman como transformadoras de la sociedad, para revertir todos los obstáculos persistentes y seguir en el empuje que es necesario continuar trabajando por una igualdad real y efectiva justa con las mujeres en beneficio de todas las personas.
A los gobiernos los invito a suscribir la declaratoria de la UIM:

1. PRIMERO. Conmemorar el día 8 de marzo como Día Internacional de las Mujeres para reforzar el principio de igualdad entre hombres y mujeres, sumándonos al lema de la ONU tema Igualdad de género hoy para un mañana sostenible.
2. SEGUNDO. Comprometerse a incidir e impulsar políticas de igualdad de carácter tanto específico como transversal para el desarrollo de los derechos y libertades de las niñas y las mujeres.
3. TERCERO. Pedir a los gobiernos, en sus diferentes ámbitos institucionales, la ratificación del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para la dignificación del trabajo en el hogar y los cuidados.
4. CUARTO. Alentar al resto de instituciones y organizaciones a seguir trabajando por la igualdad y a avanzar en el desarrollo de las políticas por la igualdad de oportunidades y contra la violencia machista y de género. Manifestamos la importancia de los pactos de Estado y acuerdos globales contra la violencia de género, y la dotación y continuidad presupuestaria para garantizar su aplicación en México, Iberoamérica y el mundo.
5. QUINTO. Reivindicar la necesidad de asegurar recursos suficientes para llevar a cabo las competencias en materia de igualdad y asegurar la implementación de todas las iniciativas necesarias para garantizar la igualdad efectiva de las personas.
6. SEXTO. Promover una cultura de valoración y respeto al aporte de las mujeres productoras del campo, que permita mejorar sus condiciones de vida, permanencia en zonas rurales y un ambiente de reciprocidad urbano-rural.
7. SÉPTIMO. Esforzarnos para unir las voces de los territorios de, aportando experiencias, saberes y conocimientos que las mujeres desarrollan y que son parte de la dinámica local para salir adelante y para visibilizar la riqueza de la diversidad de las mujeres.